Mis zapatos rojos imaginarios

- Me clavé todas las piedras del camino
- Te dije que te pusieras los zapatos
- No puedo, esos zapatos no me sujetan bien los pies
- Entonces, ¿andarás descalza siempre?
- No, sólo hasta cuando encuentre los adecuados. Los que me sujeten los pies. Los que vayan al mismo ritmo que mi vida. Aquellos que no dominen mi vida, sinó que vivan pegados al suelo. Unos zapatos que sean cómplices.
- Laura, tú no vives. Tú sueñas.
- Te equivocas. Aprendí a soñar viviendo.
- No deberías hacerlo.
- Debo hacerlo. La vida es tan complicada que lo más esencial debe de ser deseado y soñado con mucha fuerza. Lo demás, viene solo.

Y arranqué a andar. Descalza y con mis zapatos imaginados. Aquellos zapatos rojos que desde bien pequeña dibujé en mi mente.
Y me acuerdo. Zapatos rojos, pero rojo pasión! Ese rojo intenso que va a juego con el pintalabios, no sé si me entiendes. Ah, y con tacón, que las dificultades y el riesgo siempre me han acompañado.

Realmente es difícil. Es difícil encontrar un par de zapatos que te acompañen siempre.


Pero yo los encontré. Mis zapatos rojos. Y me acompañarán ahora y el resto de mi vida.


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