Y sentí el deseo de comerme el mundo por un sólo día.
Manejar cualquier viejo recuerdo y hacerlo mío de nuevo.
Y así lo hice.
Aquella fue la última vez que sentí el recuerdo entre mis manos. Procuré lanzar al mar lo poco que me quedaba para deshacerme por completo de eso que ahogaba tanto.
Allí dónde solíamos gritar...
Allí dónde solía yo gritar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario