El último café

Y estábamos allí, con la incertidumbre de volvernos a ver. El cielo se volvió azul y el Sol quiso ser testigo de la conversación. Bebíamos los sorbos de aquellas tazas y caminábamos sin movernos apenas de las sillas. Nos mirábamos cómplices y nos atrevimos a subir a la cumbre de las necesidades. Recordamos los inicios y finales, las batallas que iban más allá de la competición, las ganas por abrazarnos y las prisas por olvidar.  Sonrisas cómplices que nadie más podrá entender, finiquitando historias y etapas mientras nos bebíamos el último sorbo de ese café.
 
Del último café
Los cafés que sólo entendíamos tú y yo
Nuestro último café