Código secreto

Sal ahí fuera, cómete el mundo y disfrútalo. Abre la puerta, convéncete de que eres capaz de todo y coge al vuelo las oportunidades. Una vez me dijeron que si perdía la contraseña de mi baúl secreto no desesperara, pues alguien me indicaría dónde se encontraba. 
Hay días que no recuerdas el por qué, pero insistes tanto en desvelar la combinación secreta de números impares que, tras haber desgastado tus yemas de los dedos y haberte roto la cabeza en posibles concurrencias de los números, aparece el código mágico.

Y te das cuenta que ese número acompañado de metáforas te seguirá el resto de tu vida mientras estiras los músculos risorios para sonreír infinitamente, como cuando resigues con permanente las letras de las palabras.