No debería contarlo y, sin embargo...

Tú, querido ser repleto de interrogantes, maldigo aquel momento. Llevaba demasiado tiempo intentando construir una respuesta coherente y valiente a aquel por qué tan impaciente. 
Y tú, justo en el momento menos oportuno, te dedicas a nublar la respuesta tan buscada. 
Lo que tú no sabes es que me dediqué a observarte, y te vi sin antifaz. Horroricé de locura, no podría explicar cómo pude sentirme mientras me hacía la invisible para que nadie me descubriera.

Lo cierto es que ahora ya lo sé. Ahora ya sé cómo eres. Pero de verdad.

Perdona si vuelvo a horrorizar de locura cada vez que escucho esta canción:


...y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario