Creamos y creemos.

Con el frío en los huesos pude compartir el otro día algunas reflexiones con un gran amigo. Y como de costumbre, terminamos hablando del atrevimiento, del poder ir más allá de lo que tenemos. No quedarnos con los brazos cruzados mientras vemos la vida pasar, no quedarnos mudos ante un mundo caótico lleno de mil expectativas que jamás acaban cumpliéndose. Lógico, no sé a qué nos dedicamos gran parte de la sociedad. Porque si hay algo que nos sigue sorprendiendo es esa sensación de no haber llegado a nuestros objetivos. Claro, luego llega la impotencia, la frustración y todo ese mejunje de sensaciones catastróficas que entrelazadas forman un gran drama. 
Dejemos de lamentarnos, creamos en nuestras posibilidades y salgamos a ese mundo feroz lleno de mil caminos que aún no están escritos. Aunque, no esperes salir y encontrarte con algún personaje que te coja de la mano y te lleve a ese camino que está al fondo a la izquierda. No, porque ese personaje no existe. Y si algún día lo has visto debes saber que es tu propio yo intentando reconducir tu vida. 
Así que, con el frío en los huesos, el humo desenfrenado de un cigarrillo y un café ardiendo pude ver en nuestros ojos esa magia repleta de ilusión y posibilidades.

Creamos, creemos 

y construyamos.