Llevo mordiéndome las uñas desde que me juré la Luna a mi misma, he deshojado más de cien margaritas durante toda la mañana y ahora que se acerca la noche no sé a quien debo llamar para que me ayude a despertar de tu perfume.
De verdad, ¿en qué pensabas cuando me rompiste todo el tejado? He necesitado demasiado esparadrapo para no quedarme sin más techo. Y no me engañes, he descubierto a través de mis prismáticos que tú también destrozaste el tuyo para sentirte un poco menos culpable.
Menuda chorrada. Lo más cercano a la estupidez humana ha sido creer que volverías con un par de ladrillos que llevaran nuestros nombres.
Anda, vente ya. Que llevo siglos contratando a nuestra banda sonora y al final me tendré que hipotecar de tanto anhelo.
Sé que estás deseando despertarme
y te aseguro que nunca entenderé por qué tardas tanto en venir a hacerlo.
Eso es lo que me dijo la V I D A.
Os lo prometo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario