El tiempo estaba transcurriendo tan rápido que no podía mordisquear la vida. Tampoco daba tiempo a saborearla. Es entonces cuando, tras una inquietud que se anhela, empiezas a echar de menos lo que amas.
Sólo un silencio y una mirada han bastado para finiquitar cualquier distancia. Y desde entonces, no he visto tangos tan intensos entre tú y yo.
Sí, es para ti.