Abril, te abrazo. Y a mi Mayo le beso.

Y se terminó Abril, se esfumó. Y me da pena porque Abril es siempre mi Abril. Es un mes que deja huellas cada año, y este 2014 vuelve a ser una etapa para recordar.
Porque para mi, Abril siempre es amor, ilusiones y ganas locas de empezar nuevas etapas y proyectos. Porque cada Abril se resume en amigos, desamores y amores que saben como a primeras estelas de la mañana, a playa, a andares por los paseos de la Costa Daurada. A família, a Sol que empieza a pigmentar la piel, a gafas de Sol floreadas que anuncian buenas notícias. A Pascua, a chocolate y batidos de zumo con hielo. 
Porque en Abril vuelvo a pedir mis café con leche ¡y con hielo! (aunque suene raro para cualquier camarero). Porque es justo el mes dónde me entra la curiosidad por volver a escuchar a Rosana en forma de bucle, me suelto el pelo como dice la canción de Gloria Trevi y me uno a las terrazas con mis amigos hasta que atardece. Nada importa y a la vez todo tiene valor. 
En abril siempre hay fechas importantes, siempre hay cosas para borrar o para pasarlas al registro de memoria. Es un mes de lluvias y cambios de temperaturas que me dejan loca, nunca sé qué voy a ponerme de ropa porque siempre habrá una nube que llega para improvisar nuestros planes. Pero también es de Sol radiante y de ganas locas por cantar mientras ando por la calle con mi música. 
Y Abril siempre me trae a Mayo, para recordarme que se ha terminado el mes más importante de cada año. Mayo, el que sufre las consecuencias más positivas de mi mes favorito. 

¡Y que me siga sorprendiendo la vida!