Déjate de hostias. Ya basta. Ya basta porque por mucho que te repitas a ti mismo que todo te está saliendo mal, que no tienes trabajo o que todo es de color negro, eso no va a hacer que tu vida cambie.
Déjate de hostias. Cambia tu rutina, enfréntate a los miedos y olvida el lamentarte de la mierda de vida que llevas. Deja ya a tu orgullo y manipula de una vez por todas a ese "yo" interno que no te permite disfrutar de los pequeños placeres.
Déjate de hostias. Exígele a la vida y deja de exigirte a ti mismo, pega un par de gritos y vomita tus desastres. Permítete ser parte de las equivocaciones, pues hacerlo mal te llevará también a lugares que ni tú esperabas. Si necesitas quemarte con el fuego por equivocarte... quémate. De lo contrario, siempre serás una placa de hielo que algún día olvidarán en un frigorífico.
Déjate de hostias. Si no estás bien en tu trabajo déjalo y cámbialo por otro, que no hemos nacido para vivir entre vidas absurdas y lamentaciones por estar donde no queremos estar. O por el contrario, si no tienes trabajo, deja de llorar en tu sofá y ponle morro al asunto, aún tienes que conocer ese lugar que te hará sentir como si no trabajaras.
Déjate de hostias, por favor. Déjate de hostias. Porque, ¿no te aburres de escucharte diciendo siempre lo mismo? Haz lo que te plazca en la medida que tú sabes, exprime tus sueños y sácalos a pasear. Que todos los vean, pero que tú lo hagas.
Déjate de hostias. Que a la vida hemos venido desnudos y los problemas siempre han sido partículas que se han adherido a nosotros para ponernos a prueba.
Así que... ¡Déjate de hostias! Mueve el culo y deja de repertirte quién te hubiera gustado ser.
Déjate de hostias y haz que sea posible.
Me gusta la energía positiva que desprende tu texto. En la vida hacen falta huevos (por decirlo de alguna forma) pero por desgracia el azar siempre acaba mandando ...
ResponderEliminar¡Muchas gracias! El azar es puñetero hasta decir basta, pero estoy segura que aprenderemos a saltar alto contra las adversidades.
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