Me abrazo

No sé cuantas veces cambié a medias ni cuantas otras ha hecho por cambiarme la vida. No sé las que me juré no cambiarme entera. Una vez descubrí que es necesario que el vértigo nunca tuviera término medio ni la valentía suficiente fuerza como para volar. Que mis pies estuvieran anclados en el aire y mi alma en el suelo para poder caminar. 
Que me beso antes de que besen, que me abrazo antes de sentirnos juntos. Que la vida es silencio y la soledad también es ruido. Sin rabia, con vida. Con alertas que ahora te persiguen y con mantas que te tapan. Y ahora soy yo la que te observo desde la ventana. Sonrío con lo que fuimos y aplaudo lo que respiro desde el cristal que ha descubierto mi vida. Y el recuerdo no es el mismo si no está acompañado del café de las seis y media, con bien de azúcar y mi cuchara favorita. 
Voy a abrazarme fuerte que ya se apaga el día.

Cada día es lunes y no te pienso como en años, me olvidaste en la caja y yo siendo cerilla exploté para renacer de las cenizas. Me convertí en Ave y también en Fénix. Y de ahí volví sin rabia. 
Ahora me tiro por toboganes con piruetas y bebo agua haciendo el pino a la inversa. Mastico la vida sin cuchillos y la tripa no me habla con los gritos de guerra.

Me pienso con un rumbo de Andrés Suárez, porque hay mar de fondo y ha bajado la marea. Ya no tengo salitre en el pelo y la vida se ha convertido en olas que se elevan. 

Voy a abrazarme fuerte,
más fuerte aún.
Que siempre me doy cuenta que se puede un poco más.



6 comentarios: